La amarga realidad de las bebidas dulces
Un nuevo estudio dado a conocer el fin de semana afirma que el consumo de sodas no dietéticas y jugos con azúcar son los principales responsables de la incontrolable epidemia de obesidad. Este consumo se duplicó desde 1970.
Una vez más, las bebidas azucaradas están en la mira. A dos semanas de la prohibición de gaseosas de tamaño grande en la Gran Manzana, se difundió una nueva investigación que refuerza poderosamente la idea de que los refrescos y otras bebidas azucaradas son grandes culpables de la epidemia de obesidad en el país.
La conclusión del estudio, que fue publicado en revista New England Journal of Medicine y será presentado el viernes en la reunión anual de la Sociedad de Obesidad en San Antonio, señala que para las personas que están genéticamente predispuestas a la obesidad, el consumo de una gran cantidad de bebidas azucaradas lo potencian.
"Casi todo el mundo tiene algún riesgo genético de obesidad", dijo Frank Hu, profesor de nutrición y epidemiología en la Escuela de Salud Pública de Harvard y uno de los autores del estudio. "Las personas que poseen una gran cantidad de genes de la obesidad, tienen un riesgo más alto. Las personas que consumen una gran cantidad de refrescos también tienen un mayor riesgo de obesidad. Y para las personas con riesgo genético de obesidad, el daño de consumo de bebidas azucaradas es mucho mayor”, señaló.
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores examinaron a 33 mil hombres y mujeres, de ascendencia europea y con sus perfiles genéticos disponibles, lo que permitió a los científicos a estudiar los 32 genes asociados con la obesidad.
Los participantes se dividieron en tres categorías según el consumo de bebidas azucaradas. Los investigadores tuvieron en cuenta también la dieta, la actividad física, el tabaquismo y el consumo de alcohol en los participantes.
Y las conclusiones fueron que el riesgo de convertirse en obesos como resultado de tener una alta dosis de genes de la obesidad, fue más de dos veces mayor en el grupo con mayor consumo de bebidas azucaradas que en el grupo de menor consumo, dijo el autor principal Lu Qi, de la Escuela de Salud Pública de Harvard. “Esto significa que el consumo regular de bebidas azucaradas magnifica el riesgo genético de llegar a ser obeso”, afirmó.
“Este estudio indica que las opciones no saludables en la dieta, tales como beber muchas bebidas azucaradas, pueden afectar la forma en que los genes se expresen", dijo Frank Hu. Y agregó: "aunque la composición genética influye en el riesgo de obesidad, el detonante de los efectos genéticos pueden estar en nuestro entorno".
Además, los investigadores coinciden en que las personas que consumen bebidas azucaradas "tienden a ser menos activos físicamente, tienen una mayor ingesta de calorías y una dieta pobre en general”. Sin embargo, señalan que no hay razón para que la gente se desanime y culpe a los genes de sus problemas de peso: se han realizado investigaciones que demuestran que el ser activo físicamente reduce el riesgo de obesidad, y más aún en las personas con una susceptibilidad genética.
Otros dos experimentos importantes realizados recientemente, han descubierto que dar a los niños y adolescentes bebidas sin calorías como alternativas a las bebidas azucaradas que consumen habitualmente, conducen a un menor aumento de peso.
El consumo de bebidas azucaradas y las tasas de obesidad han aumentado dramáticamente desde la década del 70 en los E U.
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