Tu hijo podría estar deprimido, y no te has dado cuenta
Tu hijo era buen estudiante y ahora no tiene ganas de ir a clases, le cuesta dormir, responde con enojo cuando le hablas y ya no disfruta las actividades y juegos que antes le apasionaban. Si este perfil encaja con el de tu niño, podría estar sufriendo de depresión, aunque no lo hayas notado.
Esta semana se dieron a conocer los resultados de una investigación de la Universidad de Missouri sobre esta enfermedad durante la infancia. Uno de los puntos que quisieron destacar los investigadores es que tanto los padres como los maestros tienen dificultades para identificar que los niños están deprimidos.
"Cuando le pides a los maestros y padres que califiquen el nivel de depresión de un niño, generalmente hay solo de 5% a 10% de coincidencia en sus calificaciones. Por ejemplo, el maestro puede informar que un niño tiene dificultades para hacer amigos en clase, pero puede que en casa los padres no noten este problema", explicó Keith Herman, profesor de la Facultad de Educación de la universidad.
Entre el 2% y el 3% de los niños de 6 a 12 años pueden tener un trastorno depresivo grave. Además, aproximadamente el 60% de los niños con depresión no recibe tratamiento, dicen las cifras de la Asociación Americana de Ansiedad y Depresión (ADAA, por su sigla en inglés), y una de las razones es que no siempre los padres o cuidadores notan que hay un problema.
Herman y su colega Wendy Reinke analizaron perfiles de 643 niños de la escuela primaria menor para explorar cómo se pueden usar los patrones de los informes de estudiantes, maestros y padres para obtener una visión integral de su salud mental. Descubrieron que, a pesar de que el 30% de los niños reportaron sentirse leve o severamente deprimidos, los padres y los maestros, a menudo, no se dieron cuenta.
Pero los adultos fueron más hábiles para identificar otras señales que pudieran predecir el riesgo de depresión, a largo plazo, como dificultades sociales y falta de atención. Esto podría ser crucial, ya que los investigadores descubrieron que los niños de segundo y tercer grado de primaria con síntomas de depresión, tienen seis veces más probabilidades de tener dificultades académicas o pocas habilidades sociales.
Cómo reconocer el problema
"El estándar de oro para identificar a los niños que podrían estar en riesgo de desarrollar depresión es preguntarles a los propios niños", dijo Herman. "Sin embargo, incluso si un niño no dice que se siente deprimido, ciertos comportamientos externos pueden proporcionar pistas sobre su estado de la salud mental. Es importante que los maestros y padres detecten estos comportamientos temprano para prevenir problemas a largo plazo".
Es normal que en algún momento un niño manifieste sentirse triste o desesperanzado, la situación cambia cuando esta conducta se hace recurrente. La Academia Americana de Psiquiatría de Niños y Adolescentes (AACAP, por su sigla en inglés) ha definido los síntomas más comunes de la depresión; si uno o más persisten, los padres deben buscar ayuda:
- Tristeza o llanto frecuente, desesperación, irritabilidad, enojo u hostilidad.
- Dejan de interesarle sus actividades favoritas y tampoco las disfruta.
- Aburrimiento persistente y poca energía.
- Aislamiento social, como retirarse de amigos y familiares.
- Baja autoestima y sentimientos de culpa.
- Sensibilidad extrema al rechazo o al fracaso.
- Dificultad para relacionarse.
- Frecuentemente se queja por malestares físicos, como dolores de cabeza y de estómago.
- No quiere ir a la escuela o baja su rendimiento.
- Problemas de concentración, de sueño y de alimentación.
De acuerdo al Instituto Nacional de Salud Mental (NINMH), la depresión en la niñez a menudo persiste y se prolonga en la adultez, especialmente, si no se recibe tratamiento. La depresión extrema, además, puede hacer que el niño piense en el suicidio o planee quitarse la vida: el suicidio es la principal causa de muerte entre los 10 y 24 años de edad, en Estados Unidos..
El experto de la Universidad de Missouri sugiere que los profesionales de la salud mental pueden trabajar con los maestros y los padres para identificar los síntomas precoces de la depresión al incluir auto informes de los niños en las evaluaciones de salud mental. Los exámenes también deben considerar las dificultades sociales, la falta de atención y los déficit de habilidades, esto podría ayudar a dar apoyo oportuno a los estudiantes en riesgo.
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