Henry Cavill: de chico era “el gordito”, hoy es Superman
Es el Superman perfecto, alto, apuesto, lleno de músculos y con los abdominales bien marcados. Lejos quedaron los tiempos de la escuela donde sus compañeros lo hostigaban gritándole “gordito”, pero en lugar de sentirse resentido, admite que esto le dio una perspectiva distinta, que hoy agradece.
Este inglés que encarnó anteriormente al duque de Suffolk en "Los Tudor", se preparó para su papel de superhéroe con ayuda de Mark Twight, el entrenador de los actores de “300”. Para convertirse en “El hombre de acero” confiesa que tuvo que hacer sentadillas todo el día, y que fue un proceso muy largo y sacrificado, en el cual comió mucho y ejercitó “como un fanático”.
El objetivo a lograr era aumentar su masa muscular, y para ello comía más de 5.000 calorías diarias, dormía 10 horas por noche y hacía un entrenamiento tan duro que le causaba dolor. Sin embargo, recuerda con deleite que lograba levantar pesos enormes con poco esfuerzo.
Ni bien comenzó el rodaje, tuvo que entrar en la fase de adelgazamiento, para que se le notaran más los músculos que había desarrollado con tanto trabajo. Y si bien no le prohibieron ningún tipo de alimento, su ingesta se redujo a la mitad: 2.500 calorías diarias, y solo una hora diaria de ejercicios antes de empezar a filmar. Pero la cosa fue de mal en peor: para las escenas en las que aparecía con el torso desnudo ¡tuvo que dejar de comer casi por completo! Sin embargo, el actor asegura: “Fue duro, pero valió la pena".
Lejos ya de los sets de filmación y del gimnasio, el actor confiesa que “atacó” la comida sin pensarlo dos veces, y en poco tiempo devoró una tarta de manzana, un pote de helado y una pizza entera.
No es la primera vez que tiene que bajar de peso para un papel; ya lo hizo en 2002, cuando tenia solo 17 años, donde logró perder 21 libras (9,5 kg) para la película “El conde de Montecristo”. Ojalá hoy pueda quedarse un rato sentado disfrutando de sus trabajos junto a su novia, Gina Carano, la actriz de “Rápidos y furiosos 6”, comiendo un gran bowl de palomitas de maíz.
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