Mujer en Maine da a luz a su nieto
¿Se puede ser madre y abuela a la vez? Parece que si. Linda Sirois, de 49 años, prestó su útero para gestar el bebé de su hija, que sufre de problemas cardíacos. Esa fue la razón por la que los médicos le recomendaron no quedar embarazada. Tanto el bebé como la portadora gestacional, se encuentran en perfecto estado de salud.
Linda (extremo izquierdo de la foto) decidió llevar en su vientre el bebé de su hija. Unos años atrás le había hecho el mismo ofrecimiento, cuando los médicos le advirtieron a la joven que si se quedaba embarazada, pondría en riesgo su vida. Pero no fue fácil encontrar una clínica que le realizara el tratamiento de fertilización, debido a que ella tiene 49 años y los centros médicos argumentaban que era arriesgado por su edad.
Pero la clínica Reproductive Science, en Lexington, Massachussetts, aceptó el reto de realizar la fecundación asistida, y el 13 de Agosto Linda dio a luz a su nieto, al que llamaron Madden Hebert, quien pesó 7,14 libras.
Linda Ella ya tenía cuatro hijos y el pequeño Madden Hebert nació por cesárea en el Aroostook Medical Center, en Maine.
Angel Hebert (extremo derecho de la foto), de 25 años, la hija de Linda, padece una enfermedad cardíaca y los médicos le dijeron que un embarazo pondría en riesgo su vida. "La situación fue muy decepcionante", confesó ella, “pero había otra una posibilidad: desde el principio, mi madre decía: “Yo estoy aquí y puedo llevarlo por ti”. Sin embargo, nos costó mucho hacer realidad este sueño” concluyó.
La madre-abuela fue implantada con un óvulo de su hija, que había sido fecundado con el esperma de Brian Hebert, el esposo de Angel.
Las parejas con problemas de fertilidad o gestación, pueden hacer realidad su deseo de ser padres a través de la fertilización in vitro (FIV) y otras tecnologías de reproducción asistida (TRA), que se han convertido en tratamientos médicos aceptados, informa la Sociedad Estadounidense de Medicina Reproductiva.
Si el embrión es llevado por una portadora gestacional, los óvulos se retiran de la mujer que desea ser madre, se fecundan con el espermatozoide de su pareja, y se trasladan al útero de la portadora gestacional. En este caso, la portadora del feto, no estará genéticamente relacionada con el niño. Aunque en el caso de Madden Hebert, el pequeño que nació en el vientre de su abuela, es una historia muy especial.
En estos años, la tecnología de reproducción asistida ha mejorado mucho, elevando las tasas de embarazo en el mundo entero.
Además, los bebés nacidos con estos tratamientos son tan saludables como aquellos concebidos naturalmente", explica el Dr. David Adamson, presidente del Committee for Monitoring Assisted Reproductive Technologies (ICMART), en Estados Unidos.
De acuerdo con las cifras del ICMART, hasta el año 2008 se había logrado dar vida a 4,6 millones de niños gracias a los tratamientos in vitro, y al sumar los nacimiento ocurridos entre el 2008 y el 2012, se estima que esta cifra llegaría a un aproximado de cinco millones.
En el país, según cifras de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), cada año se realizan cerca de 154,417 procedimientos de fertilización in vitro; sin embargo, sólo 47,102 de ellos (cerca del 30 %) dan como resultado un bebé vivo y saludable.
"Aunque los tratamientos de fertilización asistida han mejorado mucho, aún no constituyen un método perfecto: existen varios factores que pueden reducir su efectividad y dejar a muchas parejas sin la oportunidad de la paternidad", explica la Dra. Melissa Stöppler, de la Universidad de California, en San Francisco.
Según la Dra. Stöppler, "La edad es uno de los factores determinantes en el éxito del tratamiento; también influye qué tan grave sea la infertilidad de la paciente o de su pareja, su estilo de vida y la calidad de los óvulos y el semen utilizados".
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