Hongos para combatir enfermedad de Chagas
Un bioinsecticida a base de esporas de hongos desarrollado por científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) podría combatir la enfermedad de Chagas, causada por un parásito intracelular, que en la fase crónica del padecimiento en humanos puede generar daños en el aparato digestivo, insuficiencia cardíaca e incluso la muerte.
La enfermedad de Chagas es común en América Latina pero no en los Estados Unidos. Es diseminada por insectos hematófagos (que se alimentan de sangre) infectados, conocidos como vinchucas (o "chinche gaucha" o "chinche besucona" o "chupadora" o "voladora" o "barbeiros" o "chipos"). Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) calculan que entre 8 y 11 millones de personas en México, Centroamérica y Suramérica tienen la enfermedad y la mayoría de ellas no saben que están infectadas.
Debido a su alta prevalencia, investigadores de la Facultad de Medicina de la UNAM, dirigidos por la Dra. Concepción Toriello Nájera desarrollaron un bioinsecticida con cierto tipo de hongos (entomopatógenos) que logran enfermar y matar al insecto. Después de la caracterización fenotípica de aproximadamente 50 esporas de hongos, se seleccionó una cepa de cada una de las siguientes especies: Isaria fumorosea y Metarhizium anisopliae por su virulencia y elevada producción de esporas.
¿Cómo un hongo puede matar a un insecto?
Las esporas de los hongos, explicó Toriello Nájera, se adhieren a la cutícula del insecto por contacto y producen un gancho de penetración para poder insertarse dentro de él. Una vez ahí, el hongo se reproduce y provoca su muerte.
Pero no todo termina ahí, pues el hongo continúa reproduciéndose en la superficie del insecto y las nuevas esporas se diseminan con el viento, caen o son arrastradas por otros insectos ocasionando una epidemia entre insectos.
Una vez que se logró determinar la virulencia de los hongos para los diferentes estadios del insecto, se seleccionó el hongo con la mayor virulencia, Metarhizium anisopliae para la preparación del bioinsecticida. Previo a su uso se llevaron a cabo diversos estudios de bioseguridad del hongo de acuerdo con la normatividad mexicana NOM-70SITO-1995, requisito para la movilización de agentes de control biológico que demuestran su inocuidad para el hombre, los animales y el ambiente.
Actualmente, el bioinsecticida a base de esporas del hongo Metarhizium anisopliae se prueba en una pequeña población rural de Morelos. El uso de un insecticida biológico que tiene como ingrediente activo esporas de un hongo entomopatógeno, que mata a los insectos transmisores de la enfermedad, es además una alternativa ecológicamente inocua.
¿Cómo se contrae la enfermedad de Chagas?
La gente puede quedar infectada de varias maneras. En las zonas donde la enfermedad de Chagas es endémica, la forma principal de transmisión es a través de los vectores. A los insectos vectores se les conoce como triatominos. Estos insectos chupadores de sangre se infectan al picar a un animal infectado o a una persona infectada. Una vez infectado, el insecto expulsa los parásitos T. cruzi en las heces. Los insectos se encuentran en casas hechas de materiales como barro, adobe, paja y techo de palma. Durante el día, los insectos se ocultan en las grietas de las paredes y los techos y, durante la noche, cuando los residentes están durmiendo, salen de sus escondites.
Debido a que tienden a picar la cara de las personas, a los insectos triatominos también se les conoce como "chinches besucones". Después de que pican e ingieren la sangre, defecan sobre la persona. La persona puede quedar infectada si los parásitos de T. cruzi presentes en las heces del insecto entran al cuerpo a través de las membranas mucosas o de cortadas en la piel. Sin darse cuenta, la persona dormida puede accidentalmente rascarse o restregarse las heces en la herida dejada por la picadura, en los ojos o en la boca.
La gente también se puede infectar a través de las siguientes vías: el consumo de alimentos sin cocinar contaminados de heces de insectos infectados; la transmisión congénita (de una mujer embarazada a su bebé); la transfusión de sangre; el trasplante de órganos; y la exposición accidental en un laboratorio.
La enfermedad de Chagas tiene dos fases: la aguda y la crónica. La primera puede presentarse sin síntomas o con síntomas muy leves. Los síntomas pueden ser: fiebre, sensación de indisposición general (malestar general), hinchazón de un ojo si la picadura está cerca de éste, área inflamada y enrojecida en el sitio de la picadura del insecto.
En la fase aguda, la enfermedad entra en remisión y no se presenta ningún otro síntoma durante muchos años. Cuando los síntomas finalmente se presentan, pueden incluir: estreñimiento, problemas digestivos, insuficiencia cardíaca, dolor abdominal, palpitaciones y dificultades para deglutir.
Un examen físico y de sangre puede diagnosticar la enfermedad. También pueden ser necesarios otros exámenes para determinar si la enfermedad ha afectado sus intestinos o corazón.
Las medicinas pueden matar el parásito, especialmente en etapas iniciales. También pueden tratarse los problemas relacionados.
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