¿Es malo el amarillo falso de los macarrones?
El amarillo de algunos alimentos proviene de dos tipos de colorantes sintéticos acusados de ser cancerígenos, causar alergias, migrañas e hiperactividad en algunos niños. Aunque no hay suficiente evidencia científica que sostenga esta teoría, algunas empresas de alimentos están dejando de utilizarlos por la presión social y también para no perder ventas.
El color de los macarrones con queso de Kraft es tan vivo que hasta Crayola, la famosa marca de lápices, tiene su versión en uno de pasta que lleva el mismo nombre de este plato tan popular en EE.UU. Sin embargo, es probable que de ahora en más ya no se pueda colorear con este tono ya que a partir de enero de 2016, la empresa de alimentos dejará de utilizar el Amarillo # 5 y el Anarillo # 6, que le dan a los fideos su atractiva tonalidad.
Ambos colorantes sintéticos serán reemplazados por otros de origen vegetal elaborados con paprika y annato, una sustancia obtenida de un árbol que da un tono que va del amarillo al rojizo y marrón. En octubre de 2013 Kraft ya había anunciado un plan para reducir la cantidad de aditivos y preservantes artificiales en sus productos, por ejemplo en el queso en fetas y los fideos con queso para niños, elaborados con forma de personajes infantiles.
Son muchas las compañías que utilizan colorante amarillo en productos horneados, bebidas, postres, cereales. gelatinas, alimentos para mascotas, productos cosméticos y de la industria farmacéutica.
En marzo de 2013, la bloguera Vani Hari, más conocidacomo Food Babe, lanzó una petición a través de change.org para que las compañías abandonen el uso de colorantes artificiales. La campaña reunió 365,807 firmas, pero Kraft sostiene que no fue la gestión de Food Babe lo que motivó la decisión, sino que lo decidieron porque esa es la voluntad del estadounidense promedio.
La bloguera adujo que hay países en los que está prohibido su uso, como Austria y Noruega. “¿Por qué habríamos de usarlos nosotros?”, se pregunta. Y advierte que tienen sustancias cancerígenas, aumentan la hiperactividad en los niños y están relacionados con problema de salud como asma, erupciones cutáneas y migraña.
Por otra parte, un artículo del Centro para la Ciencia en el Interés Público, “Colores alimenticios, un arco iris de riesgo”, sostiene que estos amarillos sintéticos se fabrican con derivados del petróleo y en pruebas de laboratorio demostraron ser nocivos para los roedores que los consumieron.
El artículo indica que la dosis admitida de colorante es de 5 mg al día por kilo de peso. Esto significan 150 mg al día para un niño de 66 libras (30 kilos). Las empresas de alimentos aportan unos 15 mg de colorante por persona por día... por eso el problema empieza cuando se come de más.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA) sostiene que la hipótesis de que este colorante causa hiperactividad en los niños se popularizó en los años ‘70, pero los estudios realizados no fueron concluyentes. Y tanto la FDA como la autoridad de seguridad alimentaria europea afirman que no hay relación entre los aditivos de color amarillo y los cambios de comportamiento.
El doctor en Bioquímica y Biología Molecular Josè Miguel Mulet ratificó a HolaDoctor que se ha vinculado la tartrazina (colorante amarillo # 5) con hiperactividad en niños con trastornos de déficit de atención, pero no hay evidencia científica concluyente que lo demuestre.
En su opinión, algunas empresas han decidido dejar de utilizar este tipo de colorante por presión de los consumidores y también para evitar perder ventas. En su libro "Comer sin miedo", Mulet afirma que actualmente hay una tendencia a la quimiofobia, que es una aversión hacia todo lo químico, esté o no esté justificado desde el punto de vista científico.
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