Bajó más de 85 libras comiendo sólo en Starbucks
La historia de Christine Hall parece salida de un anuncio publicitario de esos productos de venta telefónica o por Internet, pero en este caso, se trataría nada más ni nada menos que de la cadena de cafeterías más grande de los Estados Unidos.
La mujer, una bibliotecaria de 66 años con una altura de 5’4” pies (1,65 metros), pesaba 190 libras (86 kilos), pero ahora después de ir todos los días a Starbucks, alcanzó las 114 libras (52 kilos). ¿El método seguido? Según declaró Hall, durante dos años comió únicamente productos de un Starbucks cercano, controlando las calorías de todo lo que compraba con las tablas publicadas en la página web de la empresa.
La idea de iniciar esta dieta particular se originó cuando Christine fue rechazada como donante de órganos a causa de su sobrepeso: consideraron que una cirugía invasiva sería peligrosa por su estado físico. Todo tuvo final feliz, ya que hoy revela que se siente como si tuviera nuevamente 15 años, se terminaron sus problemas de apnea de sueño y dolores articulares, y tiene “toneladas de energía”. Además su médico la autorizó a ingresar en un grupo de 32 personas altruistas que participan en un plan de donación de riñones, que era lo que ella quería.
La mujer, que reside en Alexandria, explica que planificó sus comidas con un día de anticipación porque había memorizado las calorías de todo lo que estaba en el menú. También, casi como si fuera una "vocera" oficial contratada por la empresa, aclaró Starbucks incluye la información nutricional en las etiquetas de las comidas pre-envasadas, y esto facilita la tarea de controlar las calorías antes de comprar.
Christine reveló que consume una variedad saludable de comidas con la aprobación de su médico personal, y que combina proteínas, frutas y vegetales. Su menú diario consiste, por ejemplo, en un desayuno con avena (140 calorías) con una taza de café (5 calorías), una “caja-bistró” con frutas y queso para almorzar (480 calorías) y un panini para cenar. El panini con vegetales grillados – uno de los varios que ofrece esta cadena – contiene zuccinis, berenjenas y pimientos rojos grillados, espinacas baby y queso provolone dentro de un pan focaccia, y suma 350 calorías.
La dietista registrada Amy Jamieson-Petonic opina que no hay dudas de que Hall tuvo éxito al perder peso, ya que consumió menos de 1000 calorías diarias. Pero aclara: “una cosa es ingerir comidas de bajas calorías y otra es que estén balanceadas desde el punto de vista nutricional.” Por eso sugiere preparar comidas en casa combinando legumbres, arroz integral, granos enteros y frutas y vegetales congelados para hacer rendir más el dinero, ya que comer afuera puede resultar muy costoso.
De todos modos, para quienes no están en casa a la hora de las comidas, la experiencia de esta bibliotecaria de Virginia reaviva las esperanzas. Los habitués de restaurantes y locales de comidas rápidas pueden evitar subir de peso si toman la precaución de controlar las calorías. También es recomendable buscar asesoramiento, para lograr que la dieta esté adecuadamente balanceada e incluya todas las necesidades nutricionales.
Sin duda, Christine Hall no es la única favorecida con esta dieta. Starbucks consiguió una campaña de publicidad gratis. No es poco.
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