Miles podrían dejar de recibir terapia contra el VIH
Por los recortes a causa de la crisis económica, 20 estados ya han reducido los beneficios para las personas con bajos recursos que viven con VIH/sida, y que deben recurrir a programas como el Medicaid para obtener su medicación. Esto significa que deberán entrar en listas de espera para recibir las drogas, con el temor de hasta tener que interrumpir sus tratamientos. Algo que tendría gravísimas consecuencias para su salud.
En 1987, el primer activista contra el sida en Argentina, Roberto Jáuregui, pedía a gritos que las autoridades sanitarias le entregaran la droga AZT, la única en aquél entonces para tratar la infección. Fue una de las primeras voces que motivó a los gobiernos de todo el mundo a hacerse cargo y a fundar programas federales para beneficiar a las personas que viven con VIH/sida.
Estos programas lograron proveer drogas antirretrovirales y ayudaron a que millones pasaran de tener una sentencia de muerte a vivir con una condición crónica.
Pero ahora, al parecer 20 estados están poniendo en riesgo estos logros. Expertos explican que tomar la decisión de limitar la entrega de medicamentos es como volver a los días en los que estar infectado era correr riesgo de muerte. Está científicamente comprobado que si un tratamiento se interrumpe, el virus del sida vuelve a crecer dentro del organismo, la persona vuelve a enfermarse y, además, puede contagiar el VIH con más potencia.
La controversial decisión de los 20 estados abarca desde establecer listas de espera y elevar el ingreso mínimo para ser elegible hasta no cubrir más ciertas drogas y pruebas médicas. Algunos cubren sólo las drogas básicas, pero no otros medicamentos para enfermedades generalmente asociadas al VIH.
El programa que beneficia a estos pacientes es el AIDS Drug Assistance Program (ADAP), fundado por el gobierno federal y los estados y administrado por cada estado. Con más personas viviendo con VIH/sida, el número de pacientes en este programa ha crecido muchísimo y ha provocado que su presupuesto colapsara.
El 63 por ciento de los pacientes que se benefician de estos programas son hispanos y afroamericanos. El 77 por ciento son hombres.
Florida es uno de los estados que ha establecido una lista de espera para conseguir la medicación, desde el 9 de diciembre. Esta lista ya cuenta con 2.396 pacientes, según el organismo que nuclea a los directores de estos programas estatales, la National Alliance of State and Territorial AIDS Directors.
Además de Florida, los estados que han abierto listas de espera, reducido la cobertura de drogas o modificado las reglas de elegibilidad son: Arkansas, Georgia, Montana, Carolina del Norte, Carolina del Sur, Ohio, Virginia, Louisiana, Arizona, Colorado, Idaho, Illinois, Kentucky, New Jersey, Dakota del Norte, Rhode Island, Utah, Washington y Wyoming.
Para la representante demócrata por California, Barbara Lee, la solución a este problema la debe dar el gobierno federal. “Washington debe tomar cartas en el asunto”, declaró. Stephen Hourahan, director del AIDS Project Rhode Island dijo que las personas llaman en estado de pánico porque dicen que “morirán si no tienen su medicación”.
A nivel nacional, unos 168.000 pacientes están enrolados en el ADAP. Y el programa recibe 1.400 nuevos pacientes cada mes. Aunque varios estados han aumentado el dinero que destinan al programa, éste no alcanza. El gobierno federal gastó este año fiscal $860 millones en este programa.
Estos recortes también afectarán a las personas que viven con VIH/sida y tienen seguro privado, ya que aumentarán sus copagos en unos $200 dólares por mes, debido a que el ADAP ayuda con los copagos y éstos también disminuirían.
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