¿Qué pasa si comemos alimentos con moho?
Muchas veces sacamos una rodaja de pan, o se nos antoja comer un pedazo de queso que tenemos en la nevera, o unas aceitunas, fresas o vegetales, y notamos que estos alimentos ¡tienen moho!
¿Alguna vez te preguntaste que pasaría si consumes alimentos con moho? ¿Sabes qué alimentos deben desecharse y cuáles pueden recuperarse? Aquí puedes conocer eso y más.
¿Qué es el moho?
El moho es un hongo que se reproduce y propaga mediante esporas en lugares cálidos, húmedos y oscuros o con poca luz, aunque también puede sobrevivir en condiciones de extrema sequedad.
Existen muchos tipos de moho, los más comunes son: Alternaria, Cladosporium, Mucor, Neurospora, Penicillium, Stachybotrys o Trichoderma.
Es normal encontrar moho en paredes, troncos, hojas, excrementos e incluso sobre otro hongos, aunque donde más solemos ver moho es en los alimentos.
El moho puede ser especialmente perjudicial para ciertas personas que son sensibles, dado que puede provocar irritación en los ojos o congestión nasal.
También es un potente alérgeno, y un gran problema para trabajadores que suelen estar constantemente expuestos a su presencia, como las personas que trabajan en granjas.
En algunos casos, y dependiendo el tipo de moho, se producen micotoxinas, un tipo de sustancia venenosa.
Algunas de ellas, como las aflatoxinas, pueden incluso causar cáncer, aunque su aparición no suele vincularse al moho doméstico, es decir al que vemos en los alimentos que tenemos en casa.
¿Es malo comer alimentos con moho?
En primer lugar, se debe tener en cuenta que muchas personas consumen alimentos con hongos regularmente cuando comen ciertos tipos de queso, como brie, camembert, roquefort o stilton.
La diferencia, en el caso de los quesos, es que durante su elaboración se seleccionan cultivos de moho específicos que no pueden producir micotoxinas.
En cambio, la ingesta de comida con moho que surgió por accidente, aunque se digiere como cualquier otro alimento, puede causar reacciones indeseables, como náuseas y vómitos (normalmente como consecuencia del sabor del hongo).
¿Se puede eliminar el moho?
Para no desperdiciar y tirar un alimento, muchos optan por cortar y retirar la parte afectada por moho. Pero esa no siempre es la mejor decisión, dado que no hay garantía de que al remover esa parte se está eliminando toda la infección por el hongo.
Esto se debe a que el moho crece en forma de filamentos, por lo que estas especies de "raíces" que se expanden puede penetrar y perjudicar el alimento más allá de la parte visible.
Otra idea muy común es que se puede rescatar el alimento afectado cocinándolo a altas temperaturas, para matar al moho.
Sin embargo, la temperatura necesaria para eso acabaría quemando el alimento y alterando su sabor, por lo que no es algo recomendable
Qué se puede consumir con moho?
Todo depende del producto que tenga moho. Por ejemplo, puedes quitar la parte dañada y consumir estos alimentos:
- Embutidos: como jamones curados en seco o salames duros.
- Quesos duros: como Gouda, Gruyer, Parmesano o Pecorino.
- Frutas y vegetales firmes: como manzanas, boniatos, papas, pimientos y zanahorias.
Procura retirar el moho cortando como mínimo 1 pulgada (o 2,5 cm) alrededor y por debajo del moho.
En cambio, si los siguientes alimentos se ven afectados por moho, debes desecharlos:
- Alimentos cocidos: como carnes, cereales, guisos, o pastas.
- Carnes frías: como tocino o perros calientes.
- Frutas y vegetales blandos: como fresas, cerezas, arándanos, pepinos o tomates.
- Mantequilla: como la de maní, legumbres y nueces. Los productos procesados sin conservantes tienen un mayor riesgo de desarrollo de moho.
- Mermeladas y jaleas.
- Pan y productos horneados.
- Queso blando: aquí encontramos el requesón o queso crema, así como el rallado, desmenuzado o en rodajas. También se deben considerar aquellos que se elaboran como moho, como el Gorgonzola, pero que ha sido invadido por otro moho que no formaba parte de su proceso de fabricación.
- Otros lácteos: yogur y crema agria.
¿Cómo evitar que se forme moho?
Puedes evitar que los alimentos se echen a perder debido al crecimiento de moho siguiendo estos consejos:
- Limpieza: mantén limpias las áreas de almacenamientos, es decir, alacenas o neveras. Las esporas de los alimentos enmohecidos pueden acumularse en esas superficies. También es importante que limpies trapos de cocina, esponjas, escurridores, y demás utensilios de la cocina.
- Recipientes: cuidar los recipientes en los que vayas a almacenar tus alimentos también es fundamental. Procura que sellen bien o de cubrirlos si no tienen tapa.
- Sobras: si preparaste más de lo que puedes comer, intenta acabar esa comida entre tres y cuatro días después de su elaboración, de lo contrario, facilitarás la aparición de moho. Si no puedes cumplir con ese plazo, congela las sobras.
- Vida útil: muchos alimentos son perecederos y pueden afectarse fácilmente si no se los almacena en la nevera. No los dejes fuera por más de dos horas para evitar que se pudran.
Recuerda, ser prudente a la hora de realizar las compras es fundamental. Si en tu familia no comen mucho o vives solo, evita hacer grandes compras.
Con una menor cantidad de alimentos en tu casa te será más fácil controlarlos y evitar que aparezca moho.
Fuentes consultadas: Base Exhaustiva de Datos de Medicamentos Naturales, Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Departamento de Agricultura de EE. UU., Instituto Nacional de Medicina Complementaria y Alternativa.
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