El pozole no engorda si lo cocinas de esta manera

Buenas noticias para los amantes de la comida mexicana: el pozole no solo es delicioso, también es saludable. 

Esta sopa típica de México, cuyo origen data de tiempos prehispánicos, es uno de los platillos favoritos de millones de personas por su sabor, aroma e ingredientes que lo acompañan. 

Su fama es tan grande que en México existe un “jueves pozolero” cuando las familias y amigos se reúnen para saborear este delicioso plato con sus respectivos acompañantes o botanas que van desde manitas de cerdo en vinagre, trozos de chicharrón, tostadas, tacos de requesón, etc.

No solo cuando el clima se pone más fresco y frío, el pozole siempre es una alternativa nutritiva que llena y consuela. Sin embargo hay algunas modificaciones que hacer para que el pozole no agregue más calorías de las que realmente necesitamos.

El consumo debe ser moderado y se recomienda comer sólo una porción (una taza y media) para evitar subir de peso. También se recomienda no agregar más de 60 gramos de carne, crema o crema agria y evitar los acompañantes fritos, como el chicharrón, los tacos dorados y las tostadas.

Cómo hacer un pozole sano

El pozole es un caldo a base de pollo o puerco y se prepara verde, rojo o blanco dependiendo de la región. El color lo dan los ingredientes o salsas que se le agregan. Lleva varios ingredientes, pero casi siempre incluye una variedad de vegetales como lechuga picada, rábanos o rabanitos, cebolla, aguacate, orégano y limón.

Algo que distingue al pozole, y que no puede faltar en el caldo favorito de México, es el tipo de maíz que se utiliza, el cacahuazintle, cuya mazorca tiene granos grandes y muy blancos.

La palabra cacahuazintle procede del náhuatl cacahuacentli, mazorca o piña de cacao, maíz semejante a cacao, de cacáhuatl, cacao, y centli o cintli, maíz en mazorca.

Este tipo de maíz entra en el grupo de maíces palomeros por su característica y peculiar forma de “explotar” o abrir como una flor. 

El pozole puede no ser saludable si se le agregan botanas grasosas y fritas, que son innecesarias y además no forman parte de su presentación original. Algunas personas incluso llegan a añadir huevo cocido y queso. 

Aquí te explicamos cómo prepararlo de manera saludable y comerlo sin culpa. 

Receta de pozole blanco muy fácil

Ingredientes

• 4 dientes de ajo
• 4 tazas de maíz blanco para pozole precocido (o dos latas de 425 g c/u) 
• Hierbas aromáticas (tomillo, orégano)
• 1/2 cdita. comino
• 2 cebollas
• 2 libras (1 kg) de pechugas de pollo, sin piel
• Sal al gusto
• Lechuga picada
• Rábanos en rodajas
• Orégano
• Aguacates
• Limón

Colocar los granos de maíz en una olla con dos litros de agua o consomé bajo en sodio. Agrega 1 cebolla partida, el ajo machacado, hierbas aromáticas y comino. Dejar hervir por 20 minutos a fuego medio para después agregar las pechugas de pollo cortadas en trozos grandes (si el agua no las cubre, agrega más).

Una vez que el maíz se abra o reviente y las pechugas estén cocidas, retíralas y déjalas enfriar para poder desmenuzarlas. Si el maíz aún no revienta, baja la intensidad de la llama, y apágala cuando el maíz esté listo. 

Sirve una taza y media de pozole caliente con maíz en un cuenco o plato de barro (opcional) y agrega la pechuga de pollo desmenuzada, rábanos picados, rebanadas de aguacate, lechuga picada, cebolla picada, orégano y limón a gusto. 

Vale la pena recordar que el rábano, rabanito o radish es una excelente fuente de vitamina C, potasio y yodo.

El pozole se puede refrigerar durante 7 días. Evita comerlo con tostadas u otras alternativas fritas.

También puedes agregarle salsa de tomatillo verde o, si eres más audaz, algunos chilitos.

Recetas de Pozole: dos opciones más

• Pozole mexicano con puerco o pollo

• Pozole verde de pollo

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